¿Qué es la grafomotricidad: los garabatos del niño
Los primeros garabatos de un niño pueden ser bastante extraños y con formas sin sentido. Sin embargo, detrás de estos trazos se encuentran señales muy claras de su maduración neuromotriz, aspecto al que se hace referencia como grafomotricidad.
Sucede que los bebés comienzan su maduración fisiológica durante el primer año de vida. Debido a que las manos son el órgano manipulativo, esta maduración comienza por un reconocimiento del funcionamiento sensomotor de estas. Con el pasar de los años, la grafomotricidad de los niños y niñas empieza a madurar y adquieren habilidades como la de manipular objetos o la de mantenerlos sujetos.
Grafomotricidad: El desarrollo motor del niño va de la mano con su maduración fisiológica
Es importante tener en cuenta que el desarrollo motor del niño no condiciona su crecimiento, sino que surge a través de su deseo de ser más competente y a la vez que conoce más del entorno que le rodea. El objetivo inconsciente del niño es el de controlar mejor su cuerpo, hasta el punto de que pueda aprovechar todas las posibilidades que le ofrezca.
Esto incluye tanto aquellos movimientos inspirados en la interacción con el exterior como también aquellos que forman parte de los reflejos primarios. Enfocándose sólo en la grafomotricidad, dejando de lado el desarrollo motor ajeno a la escritura con la mano, la maduración fisiológica y el desarrollo motor del niño tiende a darse de la siguiente manera:
A los 18 meses de edad el niño comienza a realizar sus primeros garabatos, pues por fin adquiere la habilidad de coger un objeto para hacer trazos. En esta etapa no existe coordinación entre ojo y mano y los garabatos son rápidos e impulsivos.
A los 20 meses el niño comienza a realizar garabatos del tipo “barrido”. Eventualmente, los garabatos comienzan a ser circulares. El niño aún no observa lo que hace.
A partir de los dos años de edad se puede apreciar un mayor control de la muñeca, por lo que ya se pueden apreciar trazos independientes. También comienza a coordinarse el movimiento de la mano con la visión, aunque aún existe independencia entre el acto visual y el motor.
A los tres años de edad, por fin se puede apreciar la coordinación mano-ojo. En consecuencia, el niño se esfuerza por controlar sus dibujos, combinar colores y tratar de coordinar el movimiento con la visión. Sin embargo, aún no existe relación entre el dibujo y lo que el niño dice que es.
A partir de los 4 años comienza la etapa “preesquemática” y se puede notar cómo el dibujo representa aquello que el niño dice que es.
Después de algunos meses y hasta los 6 años, dependiendo de la madurez del niño, la complejidad gráfica de los dibujos aumenta. No obstante, la distribución del espacio es asimétrica y los colores se seleccionan partiendo de las emociones.
¿Cómo trabajar la Grafomotricidad Infantil?
Para empezar a trabajar los trazos en la etapa preescolar, a los 3 y 4 años es recomendable que el niño ya tenga la capacidad de coger un lápiz y hacer garabatos. Si esto no es aún posible, la orientación de actividades debe buscar conseguir este fin.
Además de utilizar fichas de grafomotricidad, las siguientes actividades también resultan adecuadas para mejorar este aspecto durante los primeros años de vida:
- Realizar figuras, números y letras con plastilina.
- Manipular plastilina.
- Pintar con los dedos.
- Rasgar papel.
- Colores con crayones en espacios pequeños.
- Cortar con tijeras en ondas y línea recta.
Instrumentos que permiten conseguir la grafomotricidad
En principio, no es necesario utilizar instrumentos, sino que se recomienda hacer que el niño utilice las manos desnudas. Para esto se pueden realizar actividades como pintar con los dedos o dibujar sobre el aire.
Posteriormente, se pueden utilizar esponjas o algodones. Cuando el niño tenga un mayor dominio de la prensión palmar, puede comenzar a utilizar rodillos, brochas y pinceles.
Para trabajar la prensión entre los dedos pulgar, medio e índice se pueden usar las tijeras y los punzones. Para mejorar la fuerza de los trazos se recomiendan las actividades con rotuladores, lápices blandos y plastilina. Sólo cuando el niño domine todos estos instrumentos, es recomendable que comience a utilizar el lápiz.
A partir de los ocho o nueve años, ya en educación primaria, puede comenzar a usar el bolígrafo, ya que su grafomotricidad habrá evolucionado considerablemente.
Los trazos ¿Cómo mejorar el trazo en los niños?
Además de las anteriores recomendaciones, existen ciertas herramientas y actividades que están específicamente diseñadas para mejorar el trazo en los niños y desarrollar su grafomotricidad:
Terapia de Grafomotricidad
Se trata de una terapia en la cual el psicólogo planifica diferentes actividades para preparar al niño con las habilidades básicas previas para la práctica de acciones de lecto-escritura. Posteriormente, se realizan actividades que estimulen el desarrollo grafomotriz, de manera que el niño desarrolle una motricidad gruesa y fina cuando aprenda a escribir.
¿Qué son fichas de grafomotricidad? Grafomotricidad a los 3 y 4 años
Se trata de fichas diseñadas para entrenar a los niños que se encuentren desarrollando su grafomotricidad. Suelen presentar diferentes diseños para entrenar diferentes formas de trazo como: números, vocales y letras, en general, ejercicios de grafomotricidad. Además, es común que cuenten con dibujos infantiles y llamativos, de manera que sean efectivas captando la atención del niño.
¿Qué es el trazo dirigido?
Se trata de un ejercicio realizado por expertos en neuromotricidad en niños que ya están en la etapa en que realizan un esfuerzo consciente por controlar el movimiento de sus manos. El trazo dirigido tiene como objetivo evitar que los colores se salgan del papel y ayudar a identificar figuras específicas del dibujo.
¿Qué son las fichas de aprestamiento?
Son similares a fichas de grafomotricidad, pero buscan estimular un abanico más amplio de habilidades, como las psicomotoras, perceptivas y cognitivas.
Conclusiones
Las habilidades de escritura son sumamente importantes para cualquier persona. El desarrollo de la grafomotricidad comienza desde la infancia, a través de simples garabatos que van adquiriendo mayor complejidad a medida que se produce la maduración fisiológica del niño.
Aunque la evolución de la grafomotricidad suele darse de forma natural, es posible ayudar a que un niño desarrolle mejores habilidades motrices mediante la utilización de los instrumentos recomendados para trabajar la grafomotricidad en el preescolar.
Referencias bibliográficas
- Berruezo, P. P. (2002). La grafomotricidad: el movimiento de la escritura. Revista iberoamericana de psicomotricidad y técnicas corporales, (6), 82-102.
- Riaño, B. S. (2004). El desafío de la escritura: en busca de la grafomotricidad. Revista iberoamericana de psicomotricidad y técnicas corporales, (16), 5-16.
- Ramón Valencia, M. (2016). El papel de la grafomotricidad como paso previo a la escritura.