La agresividad no siempre es evidente. Algunas personas recurren a una conducta conocida como agresión pasiva, que radica en expresar la hostilidad de maneras que pueden herir a la vez que confunden a la persona que las recibe.
Es algo mucho más común de lo que podría pensarse. La mayoría de personas acostumbran a enfrentarse a esta clase de conductas de las que hablamos en este post, en alguna ocasión en el plano profesional o personal.
¿Cuál es la actitud pasivo-agresiva?
Las personas pasivo agresivas que adoptan esta conducta consiguen agredir al otro, pero de una forma encubierta: manipulan para que su agresividad no sea evidente, evitando así el conflicto directo.
Cuando la persona agredida se da cuenta y se enfrenta al pasivo-agresivo, éste adopta una actitud defensiva: niega cualquier clase de responsabilidad por la agresión o pone excusas.
Por tanto, enfrentarse a ella no es la mejor opción ante una persona pasivo agresiva. Hay que entender que, en esencia, éstas expresan sentimientos negativos indirectamente. Debido a esto, hay una desconexión entre las acciones y las palabras de la persona, una desconexión que puede darse de forma inconsciente.
Además, esta clase de comportamientos no son fáciles de identificar, incluso para terceras personas. De hecho, muchas veces son el origen de problemas en las relaciones del trabajo o el hogar, sin que se identifique que ocurren.
¿Cómo actúan las personas pasivo-agresivas? Ejemplos
Los siguientes son ejemplos comunes de la agresión pasiva:
- Actitudes hostiles, sombrías o cínicas.
- Quejarse con frecuencia de sentirse engañado o subestimado.
- Resistirse a cooperar, errar intencionadamente ante las demandas de otras personas y procastinar.
- Oponerse a las exigencias de terceras personas y tener una actitud de resentimiento ante las mismas, especialmente si estas exigencias provienen de alguna figura de autoridad.
¿Cómo identificar a un maltratador de agresión pasivo?
Este comportamiento no es fácil de identificar, pero es posible hacerlo a través de la evaluación de los signos más comunes. Por ejemplo, las personas pasivo agresivas tienden a no discutir preocupaciones de forma directa y abierta, son ineficientes a propósito o evitan responsabilidades.
Es común que dejen sus tareas sin acabar o a medidas. También suelen llegar tarde y, cuando trabajan en equipo y no están de acuerdo con el curso de las acciones, pueden encargarse de hacer sabotajes. También son expertos en hacer cumplidos de revés que transmiten sus ideas y en aplicar la ley del hielo.
Causas del comportamiento pasivo-agresivo
No se sabe con precisión qué causa esta conducta. No obstante, se considera que los factores ambientales y biológicos pueden influir en su aparición. Se teoriza con que esta clase de comportamientos empiezan a manifestarse por primera vez durante la infancia.
Ambientalmente, la influencia de otros niños, el estilo de crianza o la dinámica familiar pueden contribuir al desarrollo de esta conducta. Asimismo, otros factores como castigos duros, el abandono o el abuso infantil también podrían inducir a esta clase de comportamiento.
Otros factores de riesgo importantes son la baja autoestima y el abuso de sustancias. Es importante destacar que también se asocia la agresión pasiva a ciertas afecciones médicas subyacentes. Sin embargo, es importante no confundir ciertos trastornos mentales cuyos síntomas son similares, con la conducta pasivo agresiva. Entre las afecciones con síntomas parecidos se encuentran las siguientes:
- Esquizofrenia.
- Alcoholismo.
- Abstinencia de cocaína.
- Depresión.
- Trastorno bipolar.
- Trastorno negativista desafiante.
- Trastorno esquizotípico de la personalidad.
- Desordenes de ansiedad.
- Trastorno conductual.
- Trastorno de déficit de atención con hiperactividad.
- Estrés.
Diferentes formas de ejercer violencia: agresión activa y agresión pasiva
La violencia no siempre se manifiesta de la misma forma. La agresión pasiva y la agresión activa tienen diferencias importantes. Esta última es la más fácil de identificar, ya que recurre a la coacción, amenazas y violencia física.
En contraste, la violencia pasiva es más sutil y menos fácil de identificar porque recurre a tácticas como el chantaje emocional y la manipulación. A diferencia de la activa, que es más frecuente en los hombres, la pasiva se ejerce de manera igual por ambos sexos.
Se cree que esta diferencia se debe a un factor cultural, ya que la emoción básica de la agresividad, la rabia, es culturalmente más tolerada en los hombres que en las mujeres.
Otro aspecto que se debe mencionar es que, lejos de lo que podría pensarse, existe un gran nivel de agresividad detrás de los agresores pasivos, pese a que pueden tener una imagen superficial sumisa y encantadora. La realidad es que esta clase de agresores no cuentan con el atrevimiento necesario para mostrarse como son genuinamente o la educación emocional que recibieron fue castradora.
De igual forma, existen casos de personas que ejercen este tipo de agresión sólo motivados por sus intereses personales, pues cuentan con una habilidad para ejecutarla con sutileza.
Las relaciones de pareja son un contexto donde ambos tipos de violencia pueden manifestarse con frecuencia, pero no de forma exclusiva. Generalmente, pueden encontrarse en los diferentes tipos de relaciones humanas, tanto familiares como sociales y laborales.
En el caso específico de los padres con los hijos, muchas veces la violencia es pasiva y no intencional. Sin embargo, el hecho de que no sea intencional no sirve como justificación, pues los niños educados de forma violenta tienden a replicar dicha conducta. Es por esta razón que se considera que la educación y la disciplina positiva es vital en la prevención de la violencia.
Características de una víctima pasiva
Las personas que son pasivas ante la violencia se caracterizan por lo siguiente:
- Tendencia al aislamiento social.
- Red de amistades muy limitada.
- Con frecuencia se culpabilizan a sí mismos por lo que les ocurre y pueden negarlo por motivos de vergüenza.
- En el caso de niños y adolescentes, suelen buscar mucho la orientación de personas adultas, lo que puede estar derivado de una sobreprotección familiar.
- Son vulnerables, con altos niveles de ansiedad e inseguridad, por lo que tienden a dudar de sus recursos y capacidades personales.
- Problemas para comunicarse.
- Se muestran temerosos ante la presencia de violencia.
Conclusiones
La agresión pasiva puede ser difícil de identificar, pero es una realidad y muchas veces está presente sin que las personas lo noten, lo que puede ser un gran problema al relacionarse. Por ello, es importante aprender a percibirla.
Asimismo, es necesario saber actuar ante ella de forma asertiva, ya que puede causar tanto o más daño que la agresión activa en muchas ocasiones.
Referencias bibliográficas
- Sachse, R. (2021). Agresión pasiva. Mente y cerebro, (109), 78-82.
- Epstein, N. (1980). Social consequences of assertion, aggression, passive aggression, and submission: Situational and dispositional determinants. Behavior Therapy, 11(5), 662-669.
- Kantor, M. (2002). Passive-aggression: A Guide for the Therapist, the Patient, and the Victim. Greenwood Publishing Group.
me fue de suma utilidad conocer este sintoma o emocion de las personas Pasivo/agresivas, una aportacion muy útil.
Muchas Gracias por el comentario.
Montse
excelente