Cosas como la capacidad de despertarse a cualquier hora, pasar el día tumbado en la arena de una playa muchas veces se asocian con la felicidad. Sin embargo, la perspectiva de la felicidad eudaimónica se opone a esta idea, pues estipula que las personas eventualmente desearán volver a trabajar
Esta forma de ver las cosas ha influido de forma notable en el campo laboral. Algunos trabajadores han llegado a la conclusión de que es importante equilibrar lo profesional con lo laboral. En vista de esto, algunas empresas también han hecho hincapié en permitir a sus empleados alcanzar la conciliación entre ambos aspectos de su vida.
De hecho, la reciente pandemia de coronavirus influyó mucho en esto, lo que se ve reflejado que en 2021 algunos estudios descubrieron cifras bastante altas de personas planteándose dejar sus cargos con el objetivo de buscar otros donde pudieran obtener más flexibilidad y una mejor trayectoria profesional.
La cuestión interesante aquí es que, lejos de la idea popular de que el placer sin límites equivale a una felicidad infinita, las personas podrían también necesitar obligaciones y retos laborales para ser felices.
Esta idea que proviene del concepto de felicidad eudaimónica, fue planteada en un conocido artículo en The Conversation por la profesora de psicología de la universidad De Montfort, Lis Ku.
La autora expresaba que la felicidad es un concepto mucho más complejo de lo que popularmente se cree. Por ello, no resulta fácil de definir, pues sobre él recaen diferentes factores que pueden alterar su definición.
Tipos de Felicidad: Bienestar Eudaimónico o Felicidad Hedónica
Desde un punto de vista psicológico, se diferencian dos tipos de felicidad: hedónica y eudaimónica.
La felicidad hedónica es la que se relaciona con la búsqueda constante del disfrute y el placer. En palabras simples, consiste en la plenitud en un período de corto plazo. Por ejemplo, el placer de comer comida basura, viajar, ir de compras, etc .Se trata de un placer rápido sin reflexión y frecuentemente a través de cosas materiales rápidas y efímeras.
En contraste, la felicidad eudaimónica solo se consigue por medio de experiencias que poseen un propósito y un significado. Es este tipo de felicidad el que plantea la idea de que trabajar mucho menos no representaría una felicidad plena y duradera.
Eudaimonía es un vocablo que proviene del griego εὐδαιμονία. Etimológicamente, proviene de la unión de “eu” que significa bien y “daimon” que significa espíritu en un sentido interior. Originalmente, la idea de la eudaimonía consistía en un estado de plenitud deseable que, cuando se alcanza, coloca a las personas cerca de la divinidad.
Se trata de un concepto propuesto por el filósofo griego Aristóteles en su obra “Ética a Nicómaco”. Se asociaba con la excelencia, felicidad y el bienestar supremo. Aristóteles mencionaba que se trataba de un fin en sí mismo y no un medio para lograrlo.
Por tanto, proponía que las acciones humanas se realizaban de acuerdo a la razón, pero tenían como elemento fundamental la virtud y se complementaban con algunos bienes exteriores como la riqueza, la belleza, la amistad o el éxito.
Estas ideas contrastaron con las propuestas por el filósofo griego Sócrates y los filósofos estoicos, quienes consideraban que solo era posible llegar a la eudaimonía mediante lo virtuoso, siendo honrado, valiente, justo y prudente.
Aristóteles consideraba que la eudaimonía era la culminación de un proceso que se construía por partes, a través de actividades virtuosas mediante el uso del raciocinio.
En este sentido, es percibida como una actividad del alma que solo es obtenible mediante la vida contemplativa y no la vida placentera. Es decir, solo aquellas actividades que estén en concordancia con la virtud, entre las que se encuentra el trabajo
En la filosofía lo hedónico consiste en buscar solo el placer a través de diferentes experiencias de vida. Hay que destacar que esta clase de actividades muchas veces contrastan con el concepto de eudaimonía, ya que no tienen que ser necesariamente virtuosas para generar placer.
Por ejemplo, las vacaciones o el consumo de ciertas sustancias tienen la capacidad de generar placer en el corto plazo. Sin embargo, no entran en consonancia con las ideas griegas sobre lo que es la virtud
La eudaimonía y la importancia de saber quiénes somos
Aquellas acciones que implican esforzarse, generalmente el trabajo, son una forma de moldear nuestra realidad, lo que a su vez confirma nuestra identidad y nos ayuda a comprender quiénes somos realmente.
Cuando se monta una mesa Ikea, por ejemplo, las personas sienten una vinculación especial hacia ella. Esto radica en que, más allá de la calidad de la mesa, resulta especial porque ha sido necesario imprimir un esfuerzo en ella para montarla, lo que también constituye una forma de éxito. Estos elementos crean apego hacia el objeto y representan un motivo de orgullo.
En consecuencia, en dicho ejemplo se ve ejemplificada la felicidad eudaimónica, la cual se asocia con la realización del potencial y el funcionamiento óptimo. Esto significa que el esfuerzo nos permite darle sentido a la vida y conseguir placer con ello.
Cabe mencionar que este tema es tan importante que se han hecho estudios enfocados en él. Estos han descubierto que el exceso de tiempo libre podría ser tan negativo como tener muy poco tiempo libre.
Específicamente, se descubrió que cuando el tiempo libre supera las cinco horas diarias, podía apreciarse una disminución en el bienestar de las personas. Se especuló que esto podría deberse a que las personas podrían sentirse poco productivas y sin un propósito en la vida.
Por tanto, siempre se debe recordar que el trabajar no es necesariamente algo negativo, sino que se trata de algo necesario para gozar de una felicidad plena.
Conclusiones sobre felicidad eudaimónica
Aunque las actividades que impliquen un esfuerzo muchas veces se asocian con cosas negativas como el cansancio y el estrés. La realidad es que el hecho de que cuenten con una dificultad detrás es, irónicamente, lo que las hace valiosas.
Nuestros compromisos nos ayudan a construir nuestra identidad, lo que a su vez le da sentido a nuestra vida, permitiendo darle un significado capaz de llenarnos y hacernos sentir útiles y productivos, lo que se traduce en una felicidad eudaimónica.
Referencias bibliográficas
- Velazquez, M. Felicidad: perspectivas eudaimónica y hedonista.
- Freire, T., Zenhas, F., Tavares, D., & Iglésias, C. (2013). Hedonic happiness and Eudaimónica: A study of Portuguese adolescents.
- Vázquez, C., Hervás, G., Rahona, J. J., & Gómez, D. (2009). Bienestar psicológico y salud: Aportaciones desde la Psicología Positiva. Anuario de Psicología Clínica y de la Salud, 5(1), 15-28.