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Disforia postcoital o sentir tristeza después del sexo

Practicar sexo suele asociarse a muchas sensaciones positivas. Sin embargo, la sexualidad humana es tan compleja que, en ocasiones, puede desencadenar emociones no tan positivas, sino negativas, como ocurre con la disforia postcoital (DPC).

Contrario a sentimientos como placer o felicidad, las personas pueden experimentar tristeza, ansiedad, angustia, entre otros síntomas desagradables después de tener relaciones sexuales. Esto motiva a quienes padecen este trastorno a evitar tener encuentros sexuales.

Se trata de un desorden psicológico y no de un trastorno en sí. La información que se tiene hasta ahora de él no es muy completa, por lo que existen pocos datos y aún hay muchas incógnitas en torno al tema.

Sin embargo, con los estudios realizados recientemente, ha sido posible identificar su prevalencia y los factores que podrían influir en su desarrollo.

Sentirse mal después de tener relaciones sexuales

A la disforia postcoital también se la conoce como depresión post-coito. Las personas que la sufren se sienten mal tras haber tenido relaciones sexuales o incluso tras haberse masturbado. 

Experimentan malestar, tristeza, melancolía, angustia, irritabilidad, etc. Una serie de emociones negativas que no se deberían dar tras el orgasmo, que es el gran liberador de oxitocina, la hormona de la felicidad. Es por eso que la disforia postcoital se considera un trastorno y como tal debe ser tratado.

Este problema tiene repercusiones en la vida de la persona que lo sufre: puede vivirlo con culpabilidad, con la sensación de no entender porqué pasa o con vergüenza. Además, la pareja puede molestarse o sentirse poco deseada cuando la otra persona entra en este tipo de crisis. Incluso puede llegar el punto en que se evite tener relaciones sexuales para no entrar en conflicto, incrementando más la distancia con la pareja.

¿Quién padece tristeza después de tener relaciones sexuales?

Generalmente, la DPC se da en mujeres. Por ello, la mayoría de estudios se han realizado en torno a este género. No obstante, también puede afectar a los hombres.

tristeza despues de tener relaciones

Una investigación reveló que el 46% de las mujeres y aproximadamente el 5% de los hombres han experimentado DPC en algún momento de sus vidas (Schweitzer, O’Brien y Burri, 2015). Si bien se trata de un estudio realizado en una muestra de pacientes pequeña, permite entender la prevalencia de este desorden psicológico en la población general.

Además, se trata de un hallazgo importante, ya que desmitifica la creencia antigua de que solo podía afectar a las mujeres. Asimismo, demuestra que la experiencia sexual de ambos géneros es más compleja, matizada y diversa de lo que popularmente se cree.

Posibles causas de la disforia postcoital o crymaxing

Como ya se mencionó, no existe demasiada información aún sobre este desorden, también llamado crymaxing. Sin embargo, las investigaciones hasta la fecha sí han servido para identificar los posibles factores que podrían estar detrás de su desencadenamiento:

Ansiedad general, estrés o depresión

Ante el estrés, depresión y ansiedad en general puede aparecer el llanto como una reacción natural para liberar las tensiones. Dichos problemas pueden aparecer precisamente mientras se mantienen relaciones sexuales, lo que explicaría por qué podría aparecer tristeza tras estas.

Por ejemplo, algunas personas experimentan una gran ansiedad al no sentirse capaces de satisfacer a su pareja. Esto podría hacer a estas personas más proclives a experimentar disforia postcoital.

Dificultades con la intimidad o relaciones sexuales

Algunas personas podrían tener problemas con las relaciones sexuales o a la intimidad debido a diferentes causas, como podría ser haber recibido una educación extremadamente religiosa o restrictiva.

Es decir, han interiorizado la idea de que el sexo es algo prohibido, pecaminoso o criminal y por eso debería evitarse, lo que podría desencadenar sentimientos de culpa después de tener relaciones sexuales.

Trauma sexual pasado

Otra posible causa podría encontrarse en el haber experimentado algún tipo de trauma sexual en el pasado, independientemente de si este ha sido abordado o no.

Cuando esto ocurre, existe la posibilidad de que el sexo genere una reacción negativa en quien padece el trauma. En estos casos, la tristeza podría no aparecer necesariamente tras el orgasmo, sino en cualquier momento del encuentro.

Estos traumas sexuales podrían haber ocurrido durante la infancia a modo de abuso sexual infantil o en adultos como en los casos de violación. Pueden provocar que los individuos a nivel inconsciente asocien el disfrute de las relaciones consentida y normativas con angustia y tristeza producto de los traumas experimentados.

Sentirse mal después de tener relaciones sexuales

Cabe destacar que el sexo, particularmente el orgasmo, deja a las personas en un estado en que se sienten más vulnerables y expuestas que en otras circunstancias. Tal situación las hace más susceptibles ante el recuerdo de experiencias traumáticas o complejas.

Por otra parte, también está presente la posibilidad de que los individuos ni siquiera tengan consciencia de estos recuerdos traumáticos hasta el momento en que comienzan a experimentar una reacción emocional por ellos.

Estilos de apego inseguro

Tener un estilo de apego inseguro es otro factor que puede incidir en la presencia de este desorden psicológico. Quienes tienen este estilo de apego tienden a sentir que el momento de la relación sexual implica “fusionarse” con la pareja y, en consecuencia, sienten que se están separando de la misma cuando esta termina.

Dicha separación puede tener un efecto abrumador que puede generar el estado de tristeza. Por otra parte, quienes tienen este estilo de apego también podrían sentir mucha inseguridad e incertidumbre constantemente sobre la situación de su relación.

Esto puede motivar comportamientos como la utilización instrumental del sexo bajo la creencia de que esto podría ayudar a salvar la relación o que mejorará el estado de la misma. El practicar el sexo en tales circunstancias podría dar pie a la aparición de sentimientos negativos postcoitales.

Cambios en la química cerebral: hormonal

Esta suele ser la principal causa que se asocia con la aparición de la disforia postcoital. Durante el orgasmo y la excitación, el organismo experimenta un bombardeo hormonal muy intenso. Cuando termina la relación sexual, los niveles hormonales caen tan drásticamente que es posible que esto provoque emociones negativas.

La parte del cerebro que más se asocia con este fenómeno es la amígdala, ya que se asocia con el miedo, la ansiedad y otras emociones negativas. Durante el coito la actividad de la misma puede reducirse, pero cuando se reactiva el encéfalo tras culminar la relación sexual es posible que se produzca la disforia.

Consecuencias en salud mental de la disforia postcoital

Aunque a veces puede parecer un tema sin importancia o poco reconocido socialmente, la disforia postcoital puede tener consecuencias serias en la salud mental de quienes la padecen. Entre los síntomas negativos se encuentras:

  • Problemas de autoestima.
  • Trastornos de ansiedad.
  • Cambios anímicos bruscos.
  • Sentimientos de inferioridad.
  • Profunda tristeza después de las relaciones sexuales.

Es importante tener en cuenta que, si una persona experimenta alguno de estos síntomas de manera aislada, no debería considerarse como un indicativo preciso de que se padece crymaxing. Solo un profesional de la salud mental está cualificado para diagnosticar este padecimiento con exactitud.

Tratamiento de la disforia post coito: ¿Qué se puede hacer para resolver una disforia post coito en la pareja?

Uno de los pilares para solucionar los inconvenientes que esto puede provocar en una relación de pareja es la buena comunicación, ya que a través de esta es posible explicar al otro miembro lo que está pasando. Asimismo, también permite dejar claro que esto no es un indicativo de que la relación vaya mal y que se puede superar.

Otro punto importante es que las personas se den permiso a sí mismas para sentir las emociones negativas, algo necesario para que desaparezcan. Tratar de reprimirlas no solo no las elimina, sino que las fortalece.

En este sentido, el enfoque a tratar no debe ser el de luchar contra el crymaxing en sí, sino aprender a lidiar con las emociones negativas de una manera más sana, cuidándose tanto a sí mismo como a la pareja.

Por otro lado, existen ciertas estrategias para ayudar a reducir el impacto negativo que podría tener este desorden psicológico en la relación de pareja mientras esto se soluciona. La más recomendable es recurrir a contacto físico con cariño, amor y afecto, como podrían ser los abrazos y caricias tras el sexo.

Esta estrategia puede ayudar a paliar los sentimientos negativos y en algunos casos podría ser capaz de evitarlos. De igual forma, es recomendable no centrarse tanto en el orgasmo y la penetración, sino prestar más atención al contacto sensitivo e íntimo.

En caso de estar atravesando unas circunstancias en las que aún con la aplicación de estos consejos no se perciba mejoría con respecto a la sensación de frustración y depresión tras el sexo, lo más recomendable es buscar ayuda profesional.

Un psicólogo cualificado puede ayudar a las personas a comprender el trasfondo de sus sentimientos de tristeza tras tener relaciones sexuales, lo que le permite determinar cuál es el tratamiento más eficaz para solucionar el problema.

Conclusiones

La disforia postcoital puede afectar tanto a hombres como mujeres, aunque es más común en estas últimas. No es un indicativo de que hay problemas en una relación de pareja, sino que sus causas pueden deberse a problemas personales de quien lo padece.Sin embargo, sí puede representar un obstáculo importante para tener relaciones de pareja sanas, por lo que es un problema que no se debe dejar pasar, sino que es necesario tratarlo cuando se identifica.

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Sobre la Autora

montse awen

Psicóloga Gral. Sanitaria Col 19069

Montserrat Fernández

Psicóloga por vocación tardía y agradablemente disfrutada. Observadora entusiasta del comportamiento humano. Hacedora de caminos por los que invitar a transitar.

Licenciada en Psicología por la Universitat de Barcelona (2010)

Terapeuta EMDR. Asociación EMDR Europa. Nivel I (2011) Nivel II (2024)

Master en Terapia Gestalt. Escola Taller de Gestalt, Barcelona (2006)

Formación en psicoterapia integrativa en el programa del Dr. Claudio Naranjo -Programa SAT- (2010-2014)

Programa mensual de radio en Planeta Prat "Una Ment Desperta"

Curso: Disosación Somática y Somatomorfa. Colegio Oficial de Psicólogos en Catalunya (2024)

Taller: Bases del tratamiento de la dependencia emocional y traumas de apego en adultos. Colegio Oficial de Psicólogos en Catalunya (2024)

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