Olga Martínez, psicóloga infantil del centro Awen del Prat, tienen un lema que está escrito en su estado del whatsapp, es el siguiente: Creer es Ver. Pues así es, esta sencilla frase resume el Efecto Pigmalión o también llamado, la profecía autoincumplida.
Concretamente, la definición del efecto Pigmalión, es la influencia que puede ejercer las creencias de unas personas sobre el rendimiento, conducta, autoimagen, capacidades, etc, sobre otra.
El Efecto Pigmalión tiene origen una leyenda mitológica greco-romana.
La historia cuenta sobre un rey de Chipre, al que le estaba resultando muy difícil encontrar una mujer adecuada para él.
El monarca era muy bueno en las artes de esculpir y creo una mujer ideal, en mármol, de la que acabó enamorándose.
Fue entonces cuando la diosa Afrodita, impresionada por el amor que le tenía a la figura de mármol, le dio vida a la estatua, que llamó Galatea, la mujer perfecta para Pigmalión, su deseada amante y compañera.
«Ahora vamos al experimento en psicología.»
Leonore Jacobson es una psicóloga y profesora en una escuela en EEUU que, en el año 1963, abre una línea de comunicación con el psicólogo Robert Rosenthal que por entonces investigaba sobre la comunicación no-verbal mientras daba clases en la Universidad. Quedan para tomar un café y se dan cuenta que tienen intereses comunes. Es entonces cuando empieza a crearse el proyecto de investigación del Efecto Pigmalión.
De esta relación profesional surgió un experimento donde se ponía en juego lo que hoy hablamos: las consecuencias derivadas de las expectativas que nos hacemos o que nos hacen sobre lo que espera que hagamos o seamos.
El experimento, llamado: Pigmalion en el aula, de Robert Rosenthal y Lenore Jacobson (1968) consistía en informar a unos profesores que:
1. Un grupo de alumnos de primaria a los que se les había pasado un test de inteligencia habían destacado en los resultados. Estos alumos aventajados representaban el 20% de la clase.
2. Se les advirtió que muy probablemente, estos niños y niñas serían los que mejor nota obtuvieran a lo largo del curso.
3. Ocho meses más tarde, se reunieron con los profesores que formaron parte del experimento, para contrastar resultados.
Pues bien, este interesante experimento de Rosenthan dió un resultado asombroso. Aquellos alumnos que habían sido considerados aventajados (recordemos, el 20% de la clase), habían sido los que habían alcanzado un mejor resultado académico, mejor que el resto. Pero lo cierto era que los experimentadores habían elegido a este 20% al azar, nunca se les pasó ningún test de inteligencia a los alumnos.
Entonces, ¿Cómo es que se dieron esos mejores resultados académicos, si en realidad no eran alumnos intelectualmente superiores? Pues porque fueron tratados cómo si lo fueran y ellos creyeron serlo porque estaban siendo tratados como alumnos con competencias superiores a las del resto de sus compañeros. ¡Aquí está el quid de la cuestión! Creer es ver!
Entenderéis con estos datos lo importante que puede llegar a ser que los niños estén apropiadamente acompañados en la etapa de la infancia por sus padres, familiares y maestros.
Hay mucha literatura relacionada con el efecto Pigmalión en resultados académicos. Las clases son muy heterogéneas en la actualidad, la diversidad es una realidad.
Todo señala que la perspectiva de un profesor hacia su alumno condiciona el resultado de éste.
⭐ El profesor: un orientador consciente.
Una aproximación al conocimiento con expectativas realistas y motivadoras pueden ser suficientes para hacer que los alumnos respondan positivamente a la propuesta que promueve el educador, como divulga la Disciplina Positiva.
El profesor tiene el poder de influenciar en el alumno, esa una poderosa herramienta que se tiene que saber utilizar.
⭐ Efecto pigmalión en las familias
La familia es la influencia más importante de nuestra infancia.
De poco servirá tener un educador amable que conozca la Disciplina Positiva , que confia en ti y en tus ritmos de aprendizaje si al volver de la escuela nos encontramos que no importamos o peor, que se desvalora nuestras capacidades o se valoran más unas que otras.
Los niños deben crecer con la confianza que van a ser queridos y respetados aunque no cumplan las expectativas de los padres.